El hilo rojo sigue viajando


El hilo rojo sigue viajando y llegando a pueblos, ciudades, países y continentes. Hoy tengo el placer de contarles que he estado presentando «Hilos para educar» a un grupo de alumnas de la Licenciatura de Educación Infantil de la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá, Colombia.
Hace 25 años, cuando cursaba el noveno grado de bachillerato en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario Quinta Mutis en Bogotá, nos asignaron como Director de Grupo (tutor) al profesor Gabriel Benavides Rincón. Aquel año, en lo personal, fue un año difícil, como lo puede ser el de cualquiera de los alumnos que van hoy a nuestras clases, y Gabriel me miró, me escuchó y me supo dar un espacio para expresarme. Igual que a mí, a todos mis compañeros. Nos invitó a pensar, a expresar nuestras ideas, a filosofar y a debatir. Desde entonces hasta hoy, la historia de este profesor y de este alumno, nuestra historia, ha estado ligada. A pesar de las distancias, pues mi familia y yo vivimos en España desde hace 20 años, hemos seguido manteniendo el contacto y cultivando la amistad. Una amistad que trascendió a las aulas.
Durante los últimos años, hemos compartido también experiencias profesionales. Yo soy psicólogo, imparto formación a profesoras y profesores y realizo intervenciones en aulas con adolescentes y él es profesor de futuras maestras y maestros en la Universidad. En varias ocasiones, durante nuestros encuentros por videoconferencia, habíamos soñado con el día en el que pudiéramos dar una clase juntos. El pasado miércoles 4 de septiembre, ese sueño se cumplió. Gabriel me ofreció la oportunidad de entrar en un aula, como hace 25 años, pero esta vez a su lado, para compartir con las futuras maestras que el sueño de tocar el corazón de un/a alumno/a y ayudar a que sus vidas cambie, se puede convertir en realidad. Muchas veces se ha escuchado eso de que «con que le ayudemos a un/a solo alumno/a, nuestro objetivo como docentes habrá sido conseguido». Pues bien, Gabriel ya puede presumir de que lo consiguió.
Aprovechando la oportunidad, presenté Hilos para Educar y les conté que, a este lado del charco, también hay un grupo de maestras que, con el sueño de cambiar el mundo desde las aulas, llevan unos cuantos años poniendo en marcha proyectos maravillosos que están contagiando a muchos docentes, familias y niñas/os. Fue un placer compartir con ellas e invitarlas a que contactaran con hilos para conocer mejor sus proyectos. Fue un placer, compartir con mi profesor y amigo el espacio del aula, ese lugar maravilloso donde se pueden (deben) cambiar vidas y echar a volar sueños, con el deseo de que por el camino vayan encontrando todo lo necesario para hacerlos realidad.

Nelson Quintero.

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